jueves, 18 de octubre de 2012

Mi Ciudad: Monstruo mágico y hermoso.



"En las tardes con la lluvia
se baña su piel morena
y al desatarse las trenzas
sus ojos tristes se cierran"
-Mi Ciudad, Guadalupe Trigo.

Era octubre del 2010 y con este verso cerraba los ojos y derramaba lágrimas cuando me fui del Distrito Federal a Monterrey. Tiempo después comenzaría este blog.

Durante el año y chispas que estuve en Monterrey no pude escuchar esa canción sin derramar lagrimas.
Sabía que ese cambio de ciudad no sería permanente y no me equivoque. La Eva que regresó allá no era la misma masita maleable que estuvo ahí muchos años antes. Esa Eva que llegó, no quería estar allá; Era crónica de un trasplante con alto grado de incompatibilidad anunciada.

Desde Junio, que estoy de regreso en el Distrito Federal, y ya que logré cerrar el capítulo deprimente que me llevó a Monterrey, va a sonar muy cursi, pero me emociono hasta las lágrimas cada que pongo un pie en el asfalto  y siento el latido del tráfico del Distrito Federal en la planta de mi pie. Unos días constipado, ruidoso y acelerado, otros días fluido, apacible y ligero. 

Me identifico y disfruto como pocas cosas la vista de la ciudad al bajar desde mi casa. Cualquiera de ellas: gris, soleada, abrumada, llovida, relajada o despejada. Me dejo envolver en sus entrañas y me entrego a ella con los ojos cerrados porque le pertenezco.

He ido y venido varias veces porque, como pajarito libre que soy, tengo la mala costumbre de moverme a donde quiera o tenga que (aunque la idea es permanecer aquí un buen rato, uno nunca sabe.) y siempre que dejo alguna ciudad procuro quedarme con lo mejor. Esa fue una de las primeras cosas quecompartí en este blog. Ésta vez no será la excepción.

Depende de los apegos para que el proceso de desprendimiento de una ciudad u otra sea doloroso o no. Sin embargo si el cambio fue voluntario, el dolor siempre pasa, ésta vez tampoco hay nada que me impida sacar lo mejor de mí  y usar a mi favor el crecimiento y lecciones que esta ida y vuelta me han dado.

Al estar aquí de nuevo y disfrutar plenamente de todo el monstruo mágico y hermoso que ésta ciudad es, todo en mi mente se vuelve más claro y no me queda duda que la lección más grande que aprendí es que: no importa el lugar donde vaya, éste cenzontle tiene su nido aquí.


sábado, 6 de octubre de 2012

¿Amas personas o amas el sexo?


Cuando le dices a alguien que lo amas ¿Qué amas? ¿Su compañía? ¿Su forma de ser? ¿Sus ideas? ¿Las rutinas?¿A la persona en general?  ¿o El sexo con esa persona?

¿Qué pasa cuando ya no tienes a la persona?  ¿La reemplazas con otra y sigues las mismas rutinas que con la anterior? y vuelves a "querer" de inmediato.  ¿o te avientas el proceso doloroso, limpias el batidero y buscas comenzar algo desde cero? y amas profundamente a la nueva persona.

Cansada de enamorarme, de abrir mi corazón, entregarme toda,  cerrar mi mundo a algún él y siempre recibir una mala paga y quedarme con las manos vacías. Me hace consciente de las malas decisiones que tomo. Quizá porque aún hay una niña tonta dentro de mí que aun cree y espera una historia apasionada, honesta y feliz. Y que lucharemos juntos el uno por el otro, contra toda distancia y diferencias que pueda haber. Digo de eso se trata el amor. ¿No?
No. Al parecer no para todos es así.

Me gustaría tener control sobre ello y decir que no me volveré a enamorar. Duele mucho entregar tu corazón así a quien no lo supo valorar, no tiene huevos para conservarlo o simplemente no lo quiere. Duele aún más al pensar que pudo haber sido algo de lo que yo saliera sin rasguños. Y aprovecharme de la distancia y no se dio así. Se siguió diciendo te amo y por ello decidí seguir amando y seguirme entregando. Las heridas que ahora tengo son fruto de mi honestidad y ceguera. Nada que no se cure con un poco de tiempo y lecciones aprendidas. No me comprometo a no volver a enamorarme, porque quién sabe si igual al rato me vuelven agarrar con la guardia baja y valgo madres de nuevo. O no.

Cuando no te enamoras más que del sexo, regularmente eres tú el que usa, engaña, se desprende (incluso sin avisarle), reemplaza y lastima a la otra persona. Sales intacto. No victorioso, porque la relación de todas formas no funciono. Pero no sales con tanta patada y arañazo. Sólo queda el mal sabor de boca (fácil de enjuagar con una persona nueva), mejor conocido como remordimiento de conciencia (si es que hay) por utilizar a alguien. Consigues alguien más con quien puedas tener sexo y tu problema "sentimental" queda arreglado. Un simple y rápido reemplazo de personas y rutinas. Que finalmente te hacen sentir bien.  Algo egoísta, pero ¿Qué importa? se trata sólo de ti y de no estar solo.

Hay quienes son felices así porque siempre es mucho más sencillo ser egoísta e ignorar a la conciencia que al corazón. Y reemplazar una vagina o pene con otra u otro. Obviamente involucrarlo en su rutina diaria. Desde que abres los ojos con un mensaje para despertar, hasta el final del día al apagar tu consola después de chatear. ¿Fácil, no?

¿Habrá que dejar de ver a las personas como mentes y corazones, únicos y valiosos?  ¿Comenzar a verlos como penes y vaginas, desechables y reemplazables?
Por muy caro que me cueste, no.
Me rehúso a hacerlo, por el simple y sencillo hecho que no me gusta ser considerada de esa forma.
Habrá que sacar mejor la antena para saber identificar a los que reemplazan y sacarles la vuelta.

domingo, 2 de septiembre de 2012

jueves, 22 de marzo de 2012

¿Piedra, papel o tijeras?

 A veces Netflix en mi Xbox tarda un poco en cargar.

Algunas veces llega a desesperar de tan lento, pero todo es cuestión de tener o no un internet de velocidad decente, la mayoría de las veces depende de la hora y el ciber tráfico.  Si a eso le agregamos que algunos días hay dos laptops, dos celulares, una pc y un Xbox, todos conectados al mismo modem, pues ni como ayudarme.

Aún así los días que exploro la televisión por cable, siempre termino mentando madres. 
Si estás pagando cable (cualquiera que éste sea) estás tratando de evadir la TV abierta y la gran mayoría de la basura que trae con ella, comerciales sobretodo. Lo feo de esto es que los negocios de algunos, nos echan a perder la tele a otros.

Hubo un tiempo en que creía que los infomerciales era lo peor que te podías encontrar en la TV por cable (Hablando de comerciales. Ya si decides ver Mariavision o Infinito es decisión tuya). Creí perdida la TV por cable cuando vi un comercial del Dr Simi. Pero con los servicios de cable que tenemos en esta ciudad, que pese a ser de las más grandes de la república, refleja su toque de provincia por todos lados, los infomerciales y el Dr. Simi eran la gloria.

Yo no se quién les dijo a estas personas que me pueden interrumpir un comercial de Warner. ¿Ahora resulta que ni eso puedo ver a gusto? Y eso es cuando la persona encargada de interferir los comerciales (si es que hay tal) se pone las pilas e interfiere comercial sobre comercial, porque si se le da la gana interfiere justo cuando tu personaje favorito de tu serie consentida está por desembrollar toda la temporada y estás en la orilla de la silla esperando la siguiente frase y ¡BUM! te avientan esto en la cara.

Pido disculpas por hacerlos ver eso. Pero necesitaba que lo vieran para que entiendan mi berrinche.

Ese es un caso extremo. Pero desde los canales de cable repitiendo temporadas sin avisar (ahora ya algunos lo hacen) hasta las compañías transmisoras de dichos canales interfiriendo sin ton ni son con anuncios mal hechos de películas y partidos de futbol por pago, resulta muy incómodo ver tele. Aún por cable.

De ahí que brinque a ver las series que me gustan en internet. Sé de cierto que no soy la única. La mayoría de mis conocidos lo hacen y mucha gente más también. Todos nos revolcábamos de sólo pensar que la SOPA o similares se hicieran efectivas y todos rezamos por el alma de Megaupload. Y esperamos la reencarnación.

Esto de los comerciales es algo que nos irá persiguiendo a donde vayamos porque entre canales y transmisoras buscarán siempre la forma de hacer negocio con ello. Ya lo estamos viendo en Youtube. Y las páginas donde podemos ver las series en Internet saturadas de publicidad.
A fin de cuentas es como jugar piedra papel o tijeras, con TV abierta, TV por cable o TV por Internet. En algún punto cualquiera puede ganar, pero de igual manera puede perder. 

Como en un mexican standoff convencional.


Mientras tanto, prefiero aguantar unos minutos de silencio a que cargue Cuevana o Netflix y sus clasificaciones inciertas, a tener que aguantar el terror de la invasión de comerciales locales en la TV por cable. Para eso mejor veo cualquier canal de TV abierta.

jueves, 16 de febrero de 2012

Función de las 4


En estos días de consumismo desenfrenado poco a poco el paisaje “natural” es cada vez más similar de una ciudad a otra.

Kfc, Vips, Oxxo, Cinepolis, Starbucks, Wal-Mart,  por todos lados.
Ya no puedes dar como referencia alguno de ellos, para que alguien se oriente, porque en una misma avenida, fácil te puedes encontrar seis u ocho y seguramente encuentras uno en cada centro comercial (que también se parecen entre sí cada vez más).
Sin darnos cuenta, estamos en manos de las grandes cadenas y marcas. Ya “Fight Club” nos lo hizo notar. 
Lamentablemente muchas de ellas satisfacen necesidades comunes, básicas y  encontramos en ellas muchas de las actividades que nos gustan y necesitamos hacer. Café para platicar con los amigos, algo rico para comer, compras apresuradas.
Ello mismo ha hecho que poco a poco nos acostumbremos al trato despersonalizado y masivo.
Tal parece que mientras más grande es la cadena menos importancia le da al consumidor final. No hay que dejarnos distraer, (por mucho que se esfuercen) repetir tu orden amablemente o poner tu nombre en el vaso o darte una tarjeta de invitado especial,  no es trato personalizado. Y dicho sea de paso se nos olvida que no tiene que ser lujoso, de marca y caro, para que sea bueno.
Quizá sea el mero hecho de que al volverse cadenas tan grandes, se engolosinan con la lana y  tratan de abarcar, atraer y satisfacer a la mayor cantidad de público posible. Lamentablemente siempre quedarán mal con alguien.

Me encanta ir al cine, lo disfruto como pocas cosas. Por lo mismo, normalmente no soy fijada para gastar cuando voy. Boletos, 3D, palomitas, refresco mas vaso chido, gorra, nachos, etc. Por cabeza por lo menos gastas 150 a 200 pesos aprox. 

Hoy viví una experiencia profundamente triste, ofensiva y aleccionadora.

Me dirigí felizmente al Cinepolis con mi hermana, con la intención de ver “Hugo”. Contentas y dispuestas a disfrutar de lo que  las críticas prometían, sería una hermosa película. 
Llegando a la taquilla pedimos los boletos y el chavo amablemente nos informa, que estaba cancelada la función.
Tristeza, cruzaba por mi mente, al mismo tiempo que recordaba todos los otros cines y sus funciones y elegía un plan B.
Pero la cosa no acaba ahí, obviamente preguntamos al chavo el porqué se canceló, y responde qué la habían cancelado por proyectar en su lugar un partido de futbol, Milán contra…. No supe, no escuché al chavo ni terminar la frase, cuando ya indignada le había gritado y me había dado media vuelta.

Obviamente ya no era tristeza lo que cruzaba por mi mente, sino rabia y ahora hervía por mis venas.

Muy a mi pesar me quedé con ganas de gritarle más al chavo de la taquilla, cortar su cabeza y prenderle fuego, no sólo a él y a la sala donde era proyectado el futbol, sino al complejo entero. Pero logré controlarme y canalizarlo en lo que minutos después se convertiría en pequeñas ronchas rojas por todo mi cuerpo (si no les he platicado de ellas, eventualmente lo haré).
Pobre chavo. ¿Por qué habría de aguantar él mi gritadera? Yo sé que no es su culpa, ni su decisión. Solamente trabaja para una cadena de cines que ha perdido el respeto hacia sus consumidores como para mantenerse en su línea y únicamente proyectar películas, o  por lo menos avisar que la función seria cancelada por tal o cual, o simplemente como buena cadena chupa-dinero, caen en el error de querer atender a varios amos.

Entre enojada y triste me fui con mi hermana a comer y a aprovechar el tiempo que teníamos juntas. Después ella se fue a trabajar y yo continué el camino de regreso a casa. Cuando recordé que hay un cine de esos viejitos, llamado Cinema Raly, al que ya alguien me había recomendado ir por económico. Que por cierto, siempre que lo mencionaba yo le decía, de manera despectiva, que seguramente estaría pegajoso. Para que mis compatriotas chilangos me comprendan, me recordaba a los cines viejitos del DF que ahora solo ponen porno.
Decidí darle voto de confianza a esta persona y morderme la lengua. Y tomando en cuenta que me quedaba de pasada y que recordé haber visto que esa película tenía función a las 4. Revisé el reloj - 3:56 - Perfecto, estoy a menos de 5 mins. Ahí me bajo. Por lo menos investigaré que onda. Total, si se me pega el tenis en la entrada, me regreso.
Afortunadamente el tenis en ningún momento se pegó al piso y vi la película en 3D con refresco y palomitas por 55 pesitos. En total.

Al final, con todo y la satisfacción de haber visto una gran película (y haber gastado poco), me sentí aún mas ofendida por Cinepolis.
“Hugo” es una película que como bien dijo uno de mis críticos de cabecera, “es homenaje al cine, por el cine”. ¿Y la quitaron por un partido de futbol? Me parece una GRAN falta de RESPETO.

Ya sabía que desde hace tiempo proyectan partidos de futbol “importantes”, lucha libre y americano en salas de cine. Pero no como para ir a ver un partido equis cualquier día.
¿En qué momento Cinepolis se convirtió en Hooters?
Según yo, lugares como Hooters o Chilis es a donde se van a ver los partidos de futbol, sino es que en su casa o por Internet. ¿No?
¿Acaso estoy fuera de sintonía y ya ponen películas en los bares?  Si es así, alguien haga el favor de decírmelo.
Ya de por sí ODIO el futbol, imagínense ahora. No sólo odio el futbol más que nunca, también a Cinepolis. Me siento traicionada.

Ciertamente las instalaciones del Raly no son de lujo ni con brillitos en el piso, pero está modesta, decente y recientemente remodelado. Salí con el mismo sabor que te deja ir a ver una película en la Cineteca, con la experiencia de butacas viejitas y palomitas en bolsa incluida. Estoy segura que a DJ le encantaría, pues  tiene todo el sentimiento de los cines como solían ser.
Además de eso, con todo y el berrinche que pasé, me quedé muy contenta de haberle dejado mi dinero (aunque fuera poco) a alguien que aún tiene respeto y amor por el cine. Hoy en día decidirse a mantener un cine con esos precios y con la competencia de las monstruosas cadenas, no puede ser más que por amor. Para mí, eso es suficiente para ir a dejarle todo mi presupuesto destinado a cine.

No prometo dejar de comer Ke-tiras, ni dejar de comprarle termos a Starbucks,  pero en lo que a mi respecta procuraré no darle mas dinero de mi bolsa a Cinepolis. 
Y miren que me encantan sus nachos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Si Kowalski puede, Yo también.

Es función básica de los seres vivos buscar una pareja para reproducirse.

En nuestra triste condición de homo sapiens sapiens, capaces de aprender e inventar, a una simple acción reproductiva,  la complicamos poniéndole sentimientos, convirtiéndolo de una cosa meramente instintiva, a todo un embrollo de encontrar alguien con quien te complementes, te atraigas, te entiendas, te lleves bien, puedas ser tu mismo, puedas tener hijos. En pocas palabras, puedas compartir el resto de tu vida.
En un intento desesperado por simplificarlo alguien decidió llamarle a toda esta mágica combinación  “Amor”.
Quizá para algunas personas “sentimientos” y “amor”  puedan sonar a cualquier cosa, probablemente porqué tengan la virtud de haberlo encontrado y de manejarlos de maravilla. Dichosos ellos.

La mayoría del tiempo estamos en constante bombardeo de información que pretende mantenernos búsqueda permanente. Hay incluso quienes lo hacen ver como si fuera lo más fácil del mundo. Tan sencillo como toparte en la calle con alguien, verlo a los ojos y listo! Enamorados y felices para toda la vida.

Yo no sé porqué hay quien lo pinta fácil, si la mayoría de los hechos nos indica que no es algo que sea fácil de encontrar (como una nevería o unos buenos tacos, probablemente te des algunas vueltas, pero seguro los encuentras en menos de 10 cuadras a la redonda).

Si en verdad fuera así de fácil no habría tanto drama, comedia y tragedia al respecto. 

Para mi es algo que hasta ahora ha sido verdaderamente complicado, frustrante y doloroso. Simplemente, buscar pareja nunca me ha salido bien.

Viendo un poco a mí alrededor, me doy cuenta que la mayoría de los integrantes de mi grupo de amigos, los cercanos, andan en las mismas, y no termino de entender porqué. No somos unos hijos de puta criminales o algo así.

Por el contrario, todos ellos son excelentes personas. No porque asistan a misa, su ortografía sea impecable o porque sean miembros ejemplares de la sociedad.
Son personas que no buscan perfección, sino transparencia y sinceridad (aunque suene a speech político).
Son personas inteligentes, divertidas, sinceras, sin miedo a llamarle a las cosas por su nombre. Personas nobles, con corazones tan grandes como para aceptarnos unos a otros tal como somos, pequeños, grandes, blancos, morenos, equinos, caninos, felinos, gordos, flacos, pelones, greñudos, chatos, narizones, soberbios, ególatras, inocentes, dramáticos cursis, burlones, nerds, existencialistas.
Sin embargo todos solteros.
Hay diversas teorías al respecto. Hay quien dice que mientras más arriba te encuentras en la escala de franqueza e inteligencia, estás más solo y se vuelve más difícil encontrar alguien similar a uno. ¿Entonces qué? ¿Tendríamos que volvernos idiotas y mentirosos para encontrar pareja? No lo creo.

Creo que a la humanidad (y a nosotros) le hubiera caído bien continuar con la modalidad de los matrimonios por conveniencia. Digo, a fin de cuentas la idea principal es reproducirse y no dejar qué la especie se extinga. Que después de pensarlo un poco, no es tan mala idea. Al mundo le hace falta un reset. Pero eso es otro tema.

Todos hemos hecho intento tras intento de encontrar pareja y no ganamos más que rasguños, decepciones y heridas que dejan cicatrices, traumas. Nos marcan para siempre.

Es como después de que has vivido unos años en un lugar donde hay alacranes. Nunca vuelves a caminar descalzo sin ver lo qué hay en el piso.

Cada que amamos a alguien como pareja y después por X o Y nos separamos. Nos tenemos que dar a la tarea de olvidarlo en ese contexto y seguir adelante.Cada vez que lo hacemos se seca un pedazo de nosotros.

¿Porqué dejar que extraños que pretenden cariño nos lastimen?
 Me niego, me niego, me niego.

¿Porqué no mejor entregarle nuestro corazón y lo mejor de nosotros a gente que ya lo aprecia y que sabe el valor que tiene?


Se me ocurre que hagamos una votación para aparearnos entre nosotros, con fines reproductivos o recreativos según las necesidades.
A fin de cuentas entre casi cualquiera de nosotros hay mejores relaciones que las que hemos tenido. Y si no lo son,  con un poco más de tiempo lo serán.
Resolveríamos muchos de nuestros problemas de éste tipo y tenemos la garantía de buena compañía. Nos conocemos mejor de lo que algunas (si no la mayoría) de nuestras parejas nos han llegado a conocer. Así nos dejamos de andar buscando pendejadas y de tener corazones rotos de gratis.

Entre amigos podemos ser tal como somos, sin ocultar nada por miedo a ser juzgados o tratar de quedar bien. No nos juzgamos por nuestro pasado, al contrario nos divertimos con ello. No nos criticamos por ser gordos, altos, chaparros, flacos o bigotones. Lo aceptamos como características de la persona, como su nobleza, su creatividad, su lengua suelta o sus canas. Un amigo no te cambia por otra persona, no te engaña, no se avergüenza de ti, no le importa tu edad, no se embaraza de otro, no te usa, no te exige, no te esconde, no te pide qué cambies, no te compara. Te conoce lo bonito, lo malo y lo peor. No huye cuando las cosas se complican. Te consuela cuando lloras, te abraza, incluso si no entiende lo que te pasa. Te respeta aún cuando te ha visto en tus peores tormentas y momentos. Confía en tí y en tus decisiones. Puedes liberar tus pensamientos más obscuros y reír juntos de ellos.  Puedes ser el gracioso, la horrible, el nerd, la deprimida, el inteligente y la complicada. Te sigue queriendo así y mejor aún, sigue estando ahí.
Además del sexo ¿No es eso lo qué buscamos en una pareja?
Piénsenlo, siempre por más honestos y sinceros seamos, terminamos lastimados.

La idea es que tendríamos  prácticamente todo lo que necesitamos y así podríamos seguir disfrutando de las buenas compañías que ya tenemos y conocemos. Mientras, satisfacemos las otras necesidades que surgen a falta de una pareja. Apapachos y plan de envejecimiento incluidos, sin regalar lo mejor de nosotros a personas que al final del día no estarán ahí.

Perdónenme. Pero hoy día, estas amistades son reales y van mucho más allá qué aquella utopía llamada amor.

Así qué, cansada y fastidiada de la desgastante y lastimera búsqueda de la pareja perfecta  -con o sin apareamiento- oficialmente publico mi postura:
A la chingada el puto amor, yo me quedo con mis amistades.