Hace algunas semanas escribí (y se quedó en borrador):
Quiero conseguirme un trabajo, como el que le conseguí a DJ, o como el que Pony tenía, donde trabajaba desde su casa, o como el que tiene Jaime, o uno donde no tenga que ir de tacones, como el de mi hermana que los tenis son parte de su uniforme, uno que me haga reír, uno que saque lo mejor de mi y no solo las enfermedades, uno donde no entre muy temprano y no salga muy tarde, uno donde las prestaciones sean tan ofensivas como las que tienen los sindicalizados de PEMEX o del IMSS.
Y bueno parece que fuera conjuro, porque: DJ fue quien me avisó de la vacante que había para el trabajo que hoy tengo. Para quien no está enterado es en una “popular” tienda de videojuegos. Donde me siento como en casa, así que se puede decir que trabajo desde casa como Pony lo hacía. Vivo de y estoy entre videojuegos, como Jaime y los tenis son reglamento, como en el trabajo de mi hermana. En la primera semana de trabajo me he reído tanto o mas de lo que me reí en todo el año pasado, y puedo ser quien en realidad soy, no tengo que andar con mi cara de “estoy trabajando”, entro a las 11 y salgo a las 8, lo que no es ni muy temprano, ni muy tarde y las prestaciones son las de ley pero puedo apartar juegos antes que nadie mas les eche mano y pagarlos conforme vaya fluyendo la lana. Y eso es infinitamente más chido e invaluable que perder mi honor con una prestación gubernamental.
Desde niña he mantenido un perfil poco sociable, al punto de ir a fiestas de niños y pasármela sentada observándolos, sin ir a jugar con ellos. Y aunque a estas alturas y con todos los cambios que he tenido de ciudad en ciudad, probablemente debiera ser algo fácil, pero no he logrado hacer amigos con la facilidad que pudiera imaginarse. De hecho es una tarea muy complicada y conforme he ido creciendo se ha vuelto cada vez más difícil.
Obviamente por eso me dolió tanto dejar el D.F. más que por la ciudad, por los amigos. Y es una situación que me ha mantenido (levemente) preocupada.
Si a los 5 o 10 años y sin tanto prejuicio y mamonez encima era difícil hacer amigos, hoy día suena casi a misión imposible encontrar gente con gustos similares a los míos.
Resulta que aparte de todo lo conjurado que ya mencioné; tengo otra ventaja.
Si buscas gente con gusto por las manualidades vas y te metes a Fantasías Miguel, o si buscas gente interesada en fotografía, la encuentras en Flickr.
Normalmente la gente que gusta de los videojuegos (con sus obvias excepciones), tiene algunos puntos en común, como lectura, cine, música, freakness y geekness que no se encuentran en cualquier persona.
Qué mejor manera de incrementar las probabilidades y reducir población a filtrar. Ahora cuento con la ventaja de estar en el “abrevadero” a donde todo geek/gamer irá a parar y ciertamente no los haré mis amigos inmediatamente, pero por lo menos podré mantener conversaciones interesantes, que quizá con alguno lleve a amistad.
A todos nos han dicho alguna vez que somos especiales y únicos. Nuestras huellas digitales lo ratifican. Aunque dudo que cuando decimos, o nos dicen eso, nos refiramos a las huellas, ¿verdad? Nos referimos a lo que en realidad nos distingue unos de otros y eso es lo que pensamos, decimos, hacemos y somos. Sé que no soy tan especial como para un premio Nobel, pero sé de cierto que (afortunadamente) no pertenezco al grupo de personas catalogado como “normal”, eso ya había quedado claro, ¿no?
Bueno:
Achievement unlocked 50G. Ladies in the house.
Como quien dice “puntos extra” para mí, soy hasta ahora la única mujer en el estado que forma parte de este grupo de tiendas.
Ya fui etiquetada como “pieza de colección”.
Y sí; una vez mas las miradas de extrañeza, lo comprueban.